Manos de piel rojiza

Manos de piel rojiza

Escarchados violetas serpentean el cielo de la mano el rosa, el añil y el purpura salpicando el azul del cielo.

De un atardecer en crecientes dorados, tiñendo los prados sombreados de rojizos y dorados...
¡Se alzan como dedos los Mallos de Riglos!

¡Manos de piel rojiza! Apuntalan sus dedos hacia el colorido cielo de un rojo escarlata, descubre su color de los Mallos un rojizo estimable al predominio de hierro y arcillas, aumenta la espectacularidad del paisaje…
¡Sobre todo al amanecer y el atardecer !.

Resulta casi sorprendente que estas peñas de tal dimensión constituyeran parte de los fondos marinos, se formaron de depósitos aluviales se elevaron por plegamientos de capas inferiores y más tarde erosionados dando lugar a las impresionantes paredes de los Mallos, dando lugar a una altura que supera los trescientos metros en vertical.

Desde el mirador de los buitres a la derecha. El camino nos lleva a una altura ligeramente superior a los Mallos que están encima del pueblo, punto este donde se tienen las vistas más impresionantes de la zona.
Se distinguen los dedos (dedos, como yo los llamo particularmente), de los mallos uno llamado El Puro, El Pisón, Castilla, Cuchillo, Visera o Fire son alguno de los nombres con los que se conocen estas agujas.
Paredes que impresionan, surcadas y forjadas por gran número de itinerarios de escalada.
Se observa las aves como los buitres leonados y los quebrantahuesos alzan el vuelo entre los desplegados dedos de las peñas de los Mallos.

Sus vistas….

¡Uno de los paisajes más bellos de la Península Ibérica!…
¡Así se alzan... como dedos los Mallos de Riglos!