Pinceladas en el horizonte
¿Por qué la belleza es cristalina y no nos paramos a cultivarla, a observarla, a saborearla, a enriquecernos de ella, a aprender de ella?
Nos envuelve, nos transporta, nos emociona, nos inspira.
Está, y ocupa el primer lugar de nuestra existencia, nos rodea de luz y color, es un preciado regalo de la creación.
La observo, me deleito, la admiro, me sobre pone tal magnitud de grandeza, de poder, de vida.
Es la naturaleza, vívela, cuídala y disfruta de ella.
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