Últimos pensamientos y voluntades de mi padre
Postrado en una cama de observación, de urgencias del Servet.
Su mano demandaba la mía, aferrándose a ella. Su mirada buscaba mis ojos, pidiéndome que le diera vida.
Esta vez no podía engañarle, él ya lo sabía. Qué dependía de unas horas, pues se le escapaba la vida. Agonizaba y con él, ¡mi corazón se rasgaba!, me atormentaba su desesperación por la vida. ¡Y yo, sin poder hacer nada, padecía de impotencia y desolada!
Su mirada buscaba la mía, y a gritos de agonizante quietud, me pedía que lo agarrase fuerte, que se perdía.
Mascullaba unas palabras entrecortadas de lamento por la agonía…
-No me dejes hija mía, te quiero, perdonarme por todo.
Mi cuerpo temblaba en los últimos pensamientos de mi padre.
-No, padre, ponte bueno ¡te necesito porque te quiero!
Bese sus manos y sus mejillas. Un sudor frio inundaba su cuerpo.
El oxigeno era nulo, ya no tenia fuerzas, ni podía inhalarlo.
-La enfermera me pidió que saliera un momento para cambiarle la cama.
Son las 7,48 del ocho de diciembre, y sale una enfermera a mi lado, ¡tranquila!, el doctor esta con tú padre, luego pasas ¿Vale?
-¿Qué ocurre, esta bien mi padre?
-Pase, que le explica el doctor…
-Su padre ha fallecido, ya descansa, el cáncer se ha llevado su vida.
A mí querido padre, con todo mi cariño de tú hija Elena.
Siempre estarás en mis pensamientos y en mi corazón.
Te quiero padre.
El cáncer se llevó su vida y ahora descansa en paz. Dios lo guarde en su seno por siempre.
Domingo ,09 de diciembre del 2012